lunes, 26 de septiembre de 2011

La Orilla que se Abisma


Referente clave para la forma en la que fuimos moldeando el trabajo. La belleza de una imagen sútil,eterea con la fuerza de un recorrido y una estructura sólida detrás.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La magnanimidad de lo etéreo.

Artista elegido: Joseph Turner.


       De los pintores a transponer, los artistas visuales (y especialmente los pintores) son quizás los más díficiles de hacer propios. Con los cineastas y escritores, contamos con múltiples dimensiones y lenguajes: visual, auditivo, textual...con la historia, la estructura narrativa, la tipología de personajes, el ritmo, etc. Con el pintor, nos atenemos a la dimensión visual...al lenguaje de las imágenes sin necesidad alguna de referirse al mundo sensible. Turner es un artista además que se hace enteramente cargo del papel de la subjetividad y que abandona parcialmente la perspectiva mimética del arte. Pero, a pesar delas dificultades, aceptamos el desafío de esta transposición.
      La columna vertebral de este proceso va a ser la representación sútil, eterea de lo apabullante, de lo magnánimo, lo incontrolable. Ver un cuadro de Turner produce una ambigüedad irremediable: es disfrutar de la belleza y la minuciosidad del trabajo con el material pero no poder evitar impresionarse con la imagen de lo sugerido. Y digo lo sugerido y no lo representado. Especialmente por el período de Turner que elejimos y el tipo de cuadros que nos interesan...su momento más abstracto.
    Así, decidimos apropiarnos del material del cine: la luz.  Trabajarla del modo más sutil y sugestivo. La aspiración es crear la posibilidad de inmersión para el espectador en espacios intangibles que se modifican lentamente sobre sí mismos y que en su fragilidad visual escondan la fuerza arrebatadora de la naturaleza que tanto impresionaba a Turner. El sonido dialoga con la imagen por oposición. Si la imagen es lo vaporoso e indefinido, el sonido será la imagen misma (por sinestesia) de la catástrofe; un sonido concreto, amenazador.
   No parece tarea fácil, pero en esa estamos.

Nuestros referentes:

Charly Nijensohn


Humans lost in the immensity of the horizon,
enduring the inclemency of nature.

Pienso que esto es exactamente lo que nos falta a nosotros quizás, ese posible punto de referencia; el módulo de la escala.

James Turrell, maestro de la luz:




EME Final

http://www.youtube.com/watch?v=S-5go2l_HK0&feature=player_embedded

No sé por qué razón no lo puedo subir fácilmente como video, blogspot no me reconoce el link de youtube. Lo dejo en este formato.

Para el planteo de este trabajo, empecé con una hipótesis acerca de la sociedad exhibicionista y del lugar de la cámara en la misma. Encontré la manera de adaptar mi trabajo a la idea y llevarlo a la práctica. Con este fin, hicimos un trabajo manual de cada imagen para llegar el resultado final: desde la proyección de las diapositivas en las sábanas y el ir retorciendo las mismas, pasando por la intervención manual de los negativos de las fotos a las diapositivas hasta la proyección en super 8 de los videos de found footage familiar y su digitalización. La fusión de las distintas técnicas fue absolutamente orgánica, por otro lado, constituyendo piezas que encajaban a la perfección entre sí y que se acoplaban casi de manera autónoma durante el propio camino. El trabajo con el sonido fue particularmente interesante ya que fue el que le quitó cierta ambigüedad a las imágenes y ayudar a revisitarlas, comentando y amplificando. Con un textura, rota, descompuesta, igual que la de la imagen; funciona como una capa más que se entremezcla...a veces, entra casi sólo como textura en una primera audición.
Tramitar heridas abiertas mediante la exposición, dejarlas al aire, no ponerle curitas. Ese fue el objetivo y éste es el resultado. El videoarte tiene el estigma de ser considerado elitista, producto del onanismo intelectual del autor para regocijo suyo y de sus colegas. Sin embargo, yo creo que el menos pretencioso de los audiovisuales ya que se trata del disfrute pleno del mismo y de nada más, se trata de sentirlo o no sentirlo. Y en esa línea, puedo decir orgullosamente que entre familiares, amigos y conocidos recibí una respuesta prácticamente una respuesta unánime: "Me conmovió". ¿Qué mejor respuesta para un trabajo que se trata de adueñarse de la propia historia y de llevarla en el cuerpo que saberse movilizador de otros cuerpos de agentes no involucrados? Con este trabajo, pude responder mi pregunta inicial: ¿Cómo universalizar lo personal? Dejándose atravesar por el material y poniéndole el cuerpo hasta al final.